La conducta suicida es muy antigua, sus antecedentes se remontan a la existencia misma
del ser humano, y sus características varían de acuerdo con la cultura y la
estructura socio económica; es un
fenómeno que ha estado presente frecuentemente
en todas las épocas y sociedades. Desde épocas remotas se han determinado las más diversas respuestas, y es el origen
de infinitas especulaciones, discusiones
filosóficas y de gran producción literaria, por lo cual desde hace miles de años la humanidad ha
tratado de buscar la respuesta de por qué el suicidio.
En los Factores psicológicos se encuentran los
diferentes trastornos psiquiátricos, trastornos afectivos, alcoholismo y
esquizofrenia, los trastornos de personalidad antisocial o limítrofe entre
otros.
Los Factores psicosociales: incluyen duelo reciente,
divorcio, dinámica familiar conflictiva, problemas afectivos, jubilación,
viudez reciente, enfermedades tales como epilepsia, cáncer, úlcera gastroduodenal,
esclerosis múltiple, sida, Antecedentes familiares: presencia de familiares con
intentos suicidas, suicidios, etc.
Dicho espectro de la conducta suicida además de ser
una tragedia en la existencia del individuo, es también considerado por la OMS
como un problema de salud, ya que según las estadísticas de la OMS está ubicado
entre las 10 primeras causas de muerte y cada día en el mundo se suicidan 1.000 personas.
Hay que saber y conocer también que el comportamiento
suicida es un proceso continuo, el cual está conformado por varias formas de representaciones, las cuales
hay que tener bien claras y considerarlas con seriedad, pues la
apariencia de cualquiera de estos indicadores (ideas, amenazas, e intentos)
debe considerarse como un signo de alto riesgo en el individuo que lo presenta.
- Ideación suicida: esta abarca un amplio campo de pensamiento que puede adquirir las siguientes formas de presentación, por ejemplo, el deseo de morir "La vida no merece la pena vivirla", "Yo lo que debiera es morirme", etcétera.
- Las amenazas suicidas: son expresiones verbales o escritas del deseo de matarse, y es considerado como un intento suicida fallido.
- Intento suicida: se ha definido como aquel acto sin resultado de muerte en el que un individuo, de forma deliberada, se hace daño a sí mismo. Estudios han demostrado que los intento suicidas son más frecuente en los jóvenes, ésta Conducta Suicida predomina en el sexo femenino de forma general, no obstante, el suicidio consumado es más frecuente en el sexo masculino.
- Suicidio Consumado: abarca todos aquellos actos lesivos auto infligidos con resultado de muerte. Son más frecuentes en el sexo masculino, y los métodos preferidos son los llamados duros o violentos, como las armas de fuego, el ahorcamiento, el fuego, etcétera.
Para
prevenir el intento y el suicidio consumado, es primordial conocer los factores
de riesgo, que son aquellos que predisponen a tal conducta, sin embargo, tales
conductas e indicios deben ser corroborados por intervención profesional, de
ahí que el primer paso correcto ante la presencia de estos antecedentes es la
remisión a un profesional de la salud mental.
Perspectiva
Bíblica
La Biblia
también registra sucesos de conductas suicidas en sus diferentes
representaciones: ideaciones, intentos fallidos y consumados. Por ejemplo:
Ideación
Suicida
1 Reyes 19:4
Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y
se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová,
quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres.
Suicidio
consumado
Mateo 27:5
Y arrojando las piezas de plata en el
templo, salió, y fue y se ahorcó.
Intento
suicida
1 Samuel
31:5
Entonces dijo Saúl a su escudero: Saca tu espada, y
traspásame con ella, para que no vengan estos incircuncisos y me traspasen, y
me escarnezcan. Mas su escudero no quería, porque tenía gran temor. Entonces
tomó Saúl su propia espada y se echó sobre ella.
1 Samuel 1:9 - 10
Saúl sobrevive y pide ayuda para terminar de morir
El me volvió a decir: Te ruego que te pongas sobre mí y
me mates, porque se ha apoderado de mí la angustia; pues mi vida está aún toda
en mí.
1:10 Yo entonces me puse sobre él y le maté, porque sabía que no podía vivir después de su caída; y tomé la corona que tenía en su cabeza, y la argolla que traía en su brazo, y las he traído acá a mi señor.
1:10 Yo entonces me puse sobre él y le maté, porque sabía que no podía vivir después de su caída; y tomé la corona que tenía en su cabeza, y la argolla que traía en su brazo, y las he traído acá a mi señor.
Enseñanza de la palabra de Dios
Dios es el
autor de la vida y es el único que tiene la autoridad para quitar la vida. Det.
32:29, Hch. 17:25-26
Por lo tanto
Dios no valida ninguna excusa para que alguien se quite la vida, pues Él es
Todopoderoso para socorrer a todo aquel que le invoca de veras. A juicio del
ser humano, surge por lo tanto una pregunta: Por qué Dios permite que pase por
esta situación tan dura? Donde la única salida posible (pero aparente) para terminar
tal suplicio sería dejar de vivir?
La respuesta
a tal pregunta corresponde, a que debido
a la situación en que ha llegado el hombre por estar lejos de la única fuente
de salvación para toda situación en la raza humana. El hombre carece de la
visión suficientemente clara para vislumbrar la salida en momentos difíciles,
no en vano dice la palabra de Dios:
S. Juan 16:
33
“Estas cosas
os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, Yo he vencido al mundo”.
Debemos reconocer
que a aun los que creemos en el Señor Jesucristo como fuente de toda Salvación,
se nos exige un requisito: ‘Confiad’.
Por lo tanto, quienes nos encontremos en situaciones o factores de
riesgos conducentes al suicidio, debemos exigirnos de nosotros mismos buscar de
Dios, Quien es la fuente inagotable de vida, las razones suficientes para
desear vivir.
En 1 Reyes
19:4 encontramos que el profeta Elías experimenta ideación suicida, pero
recurre también a aquel que es el que tiene autoridad para quitarla, diciéndole
que le quite la vida. Aunque no es la forma más correcta de recurrir a Dios,
sin embargo, muestra la única salida que tiene alguien que no desea vivir:
‘Clamar a Dios’. En el mismo texto podemos ver la respuesta inmediata de Dios,
quien envía un ángel para que le fortalezca y pueda continuar, ‘porque largo
camino te resta’ le dice el ángel. Fue tal el fortalecimiento que recibió, que
caminó cuarenta días y cuarenta noches con ese sustento.
Así y aún más, puede Dios socorrer a todo aquel que no desee vivir, independientemente de los motivos. Dios siempre sabrá darnos las fuerzas suficientes; porque largo camino nos resta.
Por Thalin Esther Martínez - Psicóloga Universidad Cooperativa de Colombia
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