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El oír junto con el hablar, el leer y
el escribir, hacen parte de las habilidades lingüísticas que todo ser humano
debe desarrollar. La comunicación es el acto por el cual un individuo establece
con otro un contacto que le permite transmitir una información. La comunicación
eficaz entre dos personas se produce cuando el receptor interpreta el mensaje
en el sentido que pretende el emisor.
LA ESCUCHA
ACTIVA
Uno de los principios más importantes
y difíciles de todo el proceso comunicativo es el saber escuchar. Escuchar
requiere un esfuerzo superior el que se hace al hablar y también del que se
ejerce al escuchar sin interpretar lo que se oye. La escucha activa significa
escuchar y entender la comunicación desde el punto de vista del que habla.
¿Cuál es la diferencia entre el oir y el escuchar?
El oír es simplemente percibir
vibraciones de sonido. Mientras que escuchar es entender, comprender o dar
sentido a lo que se oye. L a escucha activa se refiere a la habilidad de
escuchar no solo lo que la persona esta expresando directamente sino también
los sentimientos, ideas o pensamientos que subyacen a lo que esta diciendo.
LA
IMPORTANCIA DE OÍR EL EVANGELIO
El Señor dijo:”¿Por que no entendéis
mi lenguaje? Porque no podéis escuchar
mi palabra”(Jn 8:43) sin el oír no habrá conversación, “Con los oídos oyen
pesadamente…para que no… oigan con los oídos y con el corazón entiendan, y se
conviertan”.(Mt:13:15);” Y llamando a si a la multitud, les dijo: Oíd, y
entended”. (Mt:15:10).
La obra del Espíritu Santo, que es la
salvación misma, tiene mucho que ver con el oír la palabra de Dios. Pablo en
Romanos 10, asevera que “todo el que invoque el nombre del Señor será
salvo”(13), y plantea la pregunta:”ahora bien, ¿Cómo invocaran a aquel en que n
o han creído? ¿y como oirán si no hay quien les predique?(14)
La exhortación de Moises y los profetas invitaba a oir
a Dios: “Oye, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya
bien en la tierra que fluye leche y miel” Dt.6:3;31:11: “…Leerás esta ley
delante de todo Israel a oídos de ellos”; Is.7:13: “ Dijo entonces Isaias: Oid
ahora, casa de David…”;Ez. 18:25: “Oid ahora, casa de Israel…”Miqueas 6:1:
“Oid ahora lo que dice Jehová…”. Moises
lo profetizo en Dt.18:15: “Profeta…te levantara Jehová…; a el oiréis” En Hch.
3:22,23, una voz desde el cielo decía: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo
complacencia; a el oíd” .Por su parte,
Mt.17:5 declara: “Mirad lo que oís” ; Mr.4:23,24: “Si alguno tiene iodos para oír,
oiga. Les dijo también: Mirad lo que oís” .Esta es la invitación a revisar lo
que escuchamos. Algunos, como los escribas y fariseos, enseñan las tradiciones
de los hombres y otros errores (Mt. 15:1-9). Otros, como saduceos, niegan doctrinas
fundamentales como la resurrección Mt.22:23).Algunos predican un evangelio
pervertido como en el primer siglo. (Ga.1:6-9)
De otro lado, hay quienes escuchan al predicador con
admiración, fijándose en su voz, su personalidad, su lógica, su elocuencia.
Muchos escuchan para ser divertidos. Quieren emoción. Otros escuchan al
predicador para atraparle en su hablar o para buscar algo que criticar (Mr.
12:13). No faltan los que son motivados oir por la curiosidad (Hch. 17:21).
Otros, “tienen comezón de oir” , lo que significa que quieren oír cosas
agradables (2T. 4:3) Tambien se da el caso de hombres que se han hecho tardos
para ir (He.5:11). Sin embargo, vemos a personas como el eunuco quienes
escuchan porque aman la verdad y están dispuestas a obedecerla.(Hch.8:26-31).
En cuanto a la relación de los oyentes con los
terrenos, encontramos que la parábola del sembrador (Lc.8:4-15) es en realidad
la parábola de cuatro clases de oyentes:
- Lc.
8:5: “E l sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte
cuyo junto al camino y fue hollada, y las aves del cielo la comieron” .V.12: “
Y los de junto al camino con los que oyen, y luego viene el diablo y quita su
corazón la palabra, para que no crean y se salven”.
- Lc.8:6:
“Otra parte cayo sobre la piedra; y nacida, se seco, porque no tenia humedad”.
V13: “Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con
gozo; pero estos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la
prueba se apartan” Pronto aceptan la palabra y pronto tropiezan. Estos aceptan
con las emociones pero no hay profundidad en su convicción. No hay compromiso
firme. Todo es superficial y no pueden soportar pruebas y tentaciones.
- Lc.
8:7: “Otra parte cayo entre espinos, y los espinos que nacieron juntamente con
ella la ahogaron” .V.14: “La que cayo entre espinos, estos son los que
oyen, pero yéndose son ahogados por los
afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto”. Son de
doble ánimo.
Son engañados por Satanás con respecto a
placeres y cosas materiales pero también
son “ahogados” por los afanes diarios de la vida.
- Lc.
8:8 y otra parte cayo en buena tierra, y nació y llevo fruto a ciento por uno”
.V.15: “Mas la que cayo en buena tierra, estos son los que con corazón bueno y
recto retienen la palabra oída y dan fruto con perseverancia”.
Es importante recordar la amonestación de
Santiago(1:22-25): “…sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores,
engañándoos a vosotros mismos. Por que si alguno es oidor de la palabra pero no
hacedor de ellas, este es dejante al hombre
que considera en un espejo su rostro natural.
Tomado de Revista Heraldo de la verdad Vol. 158/Año 57-Julio 2012. IPUC Colombia
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