DESCRIPCION

Este espacio esta dedicado a Nuestro Señor Jesucristo como nuestro Dios, suficiente salvador, Padre, Amigo, Creador, Sustentador y El Todopoderoso que transformo mi vida de un forma muy especial. Quiero compartirte la gran bendición de conocer a Jesucristo, soy consiente que El es insondable, inescrutable y se que no hay vida que alcance para conocerlo; pero este camino de conocerle, servile y enarmorarse cada dia de Nuestro Dios es cada vez mas apasionante y te invito a que comiences esta linda experiencia.

LA COMUNICACION

Por: Hector Raúl Betancur
Fiscal Nacional

El oír junto con el hablar, el leer y el escribir, hacen parte de las habilidades lingüísticas que todo ser humano debe desarrollar. La comunicación es el acto por el cual un individuo establece con otro un contacto que le permite transmitir una información. La comunicación eficaz entre dos personas se produce cuando el receptor interpreta el mensaje en el sentido que pretende el emisor.

LA ESCUCHA ACTIVA

Uno de los principios más importantes y difíciles de todo el proceso comunicativo es el saber escuchar. Escuchar requiere un esfuerzo superior el que se hace al hablar y también del que se ejerce al escuchar sin interpretar lo que se oye. La escucha activa significa escuchar y entender la comunicación desde el punto de vista del que habla. ¿Cuál es la diferencia entre el oir y el escuchar?
El oír es simplemente percibir vibraciones de sonido. Mientras que escuchar es entender, comprender o dar sentido a lo que se oye. L a escucha activa se refiere a la habilidad de escuchar no solo lo que la persona esta expresando directamente sino también los sentimientos, ideas o pensamientos que subyacen a lo que esta diciendo.

LA IMPORTANCIA DE OÍR EL EVANGELIO

El Señor dijo:”¿Por que no entendéis mi lenguaje?  Porque no podéis escuchar mi palabra”(Jn 8:43) sin el oír no habrá conversación, “Con los oídos oyen pesadamente…para que no… oigan con los oídos y con el corazón entiendan, y se conviertan”.(Mt:13:15);” Y llamando a si a la multitud, les dijo: Oíd, y entended”. (Mt:15:10).

La obra del Espíritu Santo, que es la salvación misma, tiene mucho que ver con el oír la palabra de Dios. Pablo en Romanos 10, asevera que “todo el que invoque el nombre del Señor será salvo”(13), y plantea la pregunta:”ahora bien, ¿Cómo invocaran a aquel en que n o han creído? ¿y como oirán si no hay quien les predique?(14)
La exhortación de Moises y los profetas invitaba a oir a Dios: “Oye, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien en la tierra que fluye leche y miel” Dt.6:3;31:11: “…Leerás esta ley delante de todo Israel a oídos de ellos”; Is.7:13: “ Dijo entonces Isaias: Oid ahora, casa de David…”;Ez. 18:25: “Oid ahora, casa de Israel…”Miqueas 6:1: “Oid  ahora lo que dice Jehová…”. Moises lo profetizo en Dt.18:15: “Profeta…te levantara Jehová…; a el oiréis” En Hch. 3:22,23, una voz desde el cielo decía: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia;  a el oíd” .Por su parte, Mt.17:5 declara: “Mirad lo que oís” ; Mr.4:23,24: “Si alguno tiene iodos para oír, oiga. Les dijo también: Mirad lo que oís” .Esta es la invitación a revisar lo que escuchamos. Algunos, como los escribas y fariseos, enseñan las tradiciones de los hombres y otros errores (Mt. 15:1-9). Otros, como saduceos, niegan doctrinas fundamentales como la resurrección Mt.22:23).Algunos predican un evangelio pervertido como en el primer siglo. (Ga.1:6-9)

De otro lado, hay quienes escuchan al predicador con admiración, fijándose en su voz, su personalidad, su lógica, su elocuencia. Muchos escuchan para ser divertidos. Quieren emoción. Otros escuchan al predicador para atraparle en su hablar o para buscar algo que criticar (Mr. 12:13). No faltan los que son motivados oir por la curiosidad (Hch. 17:21). Otros, “tienen comezón de oir” , lo que significa que quieren oír cosas agradables (2T. 4:3) Tambien se da el caso de hombres que se han hecho tardos para ir (He.5:11). Sin embargo, vemos a personas como el eunuco quienes escuchan porque aman la verdad y están dispuestas a obedecerla.(Hch.8:26-31).

En cuanto a la relación de los oyentes con los terrenos, encontramos que la parábola del sembrador (Lc.8:4-15) es en realidad la parábola de cuatro clases de oyentes:
- Lc. 8:5: “E l sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cuyo junto al camino y fue hollada, y las aves del cielo la comieron” .V.12: “ Y los de junto al camino con los que oyen, y luego viene el diablo y quita su corazón la palabra, para que no crean y se salven”.
- Lc.8:6: “Otra parte cayo sobre la piedra; y nacida, se seco, porque no tenia humedad”. V13: “Los de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero estos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se apartan” Pronto aceptan la palabra y pronto tropiezan. Estos aceptan con las emociones pero no hay profundidad en su convicción. No hay compromiso firme. Todo es superficial y no pueden soportar pruebas y tentaciones.
- Lc. 8:7: “Otra parte cayo entre espinos, y los espinos que nacieron juntamente con ella la ahogaron” .V.14: “La que cayo entre espinos, estos son los que oyen,  pero yéndose son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto”. Son de doble ánimo.
Son engañados por Satanás con respecto a placeres  y cosas materiales pero también son “ahogados” por los afanes diarios de la vida.

- Lc. 8:8 y otra parte cayo en buena tierra, y nació y llevo fruto a ciento por uno” .V.15: “Mas la que cayo en buena tierra, estos son los que con corazón bueno y recto retienen la palabra oída y dan fruto con perseverancia”.
Es importante recordar la amonestación de Santiago(1:22-25): “…sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos. Por que si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ellas, este es dejante al hombre  que considera en un espejo su rostro natural.

Por que el se considera a si mismo, y se va y luego olvida como era. Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este será bienaventurado en lo que hace”.


Tomado de Revista Heraldo de la verdad Vol. 158/Año 57-Julio 2012. IPUC Colombia

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